Tradicional Concierto de Navidad del Coro del Conservatorio
Este programa de Navidad nos propone un viaje donde el tiempo se desdibuja, permitiendo que compositores separados por siglos dialoguen sobre un mismo misterio. El concierto comienza con una invitación a la alabanza: el Laudate Dominum de Julio Domínguez abre la velada con una energía rítmica contemporánea que contrasta, pero a la vez prepara el oído, para la pureza del Renacimiento. Inmediatamente viajamos al siglo XVI con Jacob Handl y su Ecce Concipies, una obra que, con la transparencia propia de la polifonía antigua, nos anuncia el milagro de la concepción. Este mismo asombro ante lo divino es retomado por Stephan Nicolay en Et Incarnatus Est; aunque escrita en 1975, la pieza busca detener el tiempo, utilizando armonías suspendidas para reflexionar sobre el momento central de la Navidad.
La música desciende entonces del cielo a la tierra, acercándose al pesebre. La célebre melodía de Quem pastores laudavere, heredada de Praetorius, se presenta aquí bajo la mirada de John Rutter, quien la envuelve con la calidez y los colores del coral inglés moderno. Esta dulzura da paso a la tradición española, siempre tan viva y narrativa. Con Francisco Guerrero y Sebastián Alfonso, entramos en el Siglo de Oro y el Barroco hispano; sus villancicos no solo se cantan, sino que “cuentan” la historia de los Reyes Magos con un carácter casi teatral, lleno de ritmo y cercanía popular. Esa misma raíz folclórica, pero con la sobriedad castellana, se siente en En Belén tocan a fuego, en la versión de E. Cervera.
Hacia la mitad del programa, el ambiente se vuelve más íntimo y envolvente. Sure on this shining night de Morten Lauridsen es una de esas obras que parecen abrazar al oyente, evocando la tranquilidad de una noche estrellada con una belleza melódica conmovedora. En esa misma línea de atmósfera etérea, el noruego Ola Gjeilo toma un himno antiguo en Spotless Rose y lo transforma con texturas sonoras que nos recuerdan a los paisajes nórdicos, fríos pero luminosos.
El tramo final es una explosión de alegría popular y mestizaje. Fernando Chicano Martínez, con Zambomba, platillos, nos trae el alboroto festivo de los instrumentos tradicionales, seguido por la ternura de Vamos pastorcillos de Dante Andreo, una pieza que mira a la infancia con sencillez. Todo concluye con el vitalismo de Festejo de navidad de Herbert Bittrich; aquí, la tradición navideña se fusiona con el “festejo” afroperuano, cerrando el concierto con un ritmo contagioso que nos recuerda que la Navidad es, ante todo, una expresión universal de júbilo.